El impacto ambiental de la actividad minera es muy alto, por ello Perú trata de controlarlo y minimizarlo mientras lucha contra las minas ilegales.
La minería es una de las actividades con mayor impacto ambiental. En algunos países, como Perú, el sector minero es uno de los pilares de la economía y las exportaciones. Esta actividad aporta un 20% de los ingresos fiscales, contribuye alrededor del 15% del Producto Interior Bruto (PBI) nacional y el 60% de las exportaciones en el Perú. Por ello, su afectación al entorno es elevada y es necesario controlarlo.
El principal problema son los químicos que se utilizan para separar los minerales de la mena, tales como cianuro, mercurio, ácido sulfúrico y disolventes, así como los metales, como arsénico, plomo, cadmio o cromo, que se encuentran en los minerales que se van a extraer. La contaminación se produce principalmente por particulado, que se traslada al suelo, al aire y al agua, o por efluentes, que afectan directamente al subsuelo y a los ríos. Esta contaminación llega también a las personas a través del aire que respiran, del agua que beben o de las plantas y animales que comen y que han podido contaminarse. Además, cabe destacar que las minas alteran la topografía del área, que en zonas de especial valor natural es de gran importancia.
En los últimos años, la legislación peruana se ha ido volviendo cada vez más exigente con el sector minero con el fin de controlar y minimizar el impacto ambiental. Entre las medidas que las empresas deben tomar está la obligación de hacer planes de cierre o la de monitorear la calidad del aire, así como presentar un informe ambiental anual. Pese a ello, la inestabilidad política ha impedido el desarrollo de una línea de trabajo a largo plazo y algunas empresas se basan en los vacíos legales que existen para no adaptar su actividad a las nuevas exigencias.
En Perú, más allá de la alta explotación minera que se intenta controlar con nuevas leyes, existe un serio problema con la minería ilegal, que no entiende de regulaciones y está destrozando grandes áreas de importante valor ambiental. Un claro ejemplo es La Pampa, un área situada en la Región de Madre de Dios, en la que la extracción ilegal de oro ha provocado un desastre ambiental en una de las selvas con más biodiversidad del mundo.
TEMA trabaja con empresas mineras del país, así como con las autoridades ambientales para investigar e identificar sitios contaminados, así como para remediarlos y cumplir con las exigencias legales. Además, ha realizado varios estudios con el fin de identificar estrategias y metodologías para mejorar áreas afectadas, como la ejecución de un programa piloto para evaluar el desarrollo de pastos (gramíneas) en suelos degradados por la actividad minera y determinar los que pueden ser usados para revegetar suelos ácidos y así aprovechar su tendencia fitoestabilizadoras, es decir, remover contaminantes como los metales del suelo a través de sus raíces. Una labor valiosa que seguirán fomentando con el objetivo de proponer y ejecutar medidas que minimicen el impacto medioambiental que la actividad minera causa en territorio peruano.